No se trata precisamente que hayamos contratado un circo para animar a nuestros chavales, que saben animarse ellos solos.

Y gracias a la "magia scout" la zona de acampada se transforma en una gran pista de circo llena de artistas. Así que desde los más pequeños hasta los más viejos, todos se convertirán por un día en malabaristas, domadores, payasos, músicos, trapecistas, etc. y ofreceran a los demás sus habilidades.
Y si les toca otra tormenta como la de ayer, pues repetiran la jugada: después de mojarse, toca secarse y seguir con las actividades previstas.
Buena Caza.